En medio de penosas escenas de dolor, Celendín despidió entre lágrimas y gritos de justicia a la joven madre de 21 años a la que su expareja le arrebató la vida cruelmente.
Con profundo dolor, los familiares y amigos de María Edita Goicochea Briones llevaron los restos hacia la iglesia Inmaculada Concepción donde se realizó una emotiva misa, donde elevaron sus oraciones por el profundo descanso de su alma.
Algunos deudos portaron pancartas, donde piden cadena perpetua para el feminidad.
Los restos de María Edita fueron sepultados en el cementerio general de Celendín.
La joven fue recordada como una madre amorosa y una joven luchadora que injustamente perdió la vida y deja en la orfandad a una niña de tres años.








